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ESTUDIOS DE CASO Nº 76 POBLACIÓN PENAL Y MERCADO LABORAL: UN MODELO EMPÍRICO PARA EL PERÍODO 1982-2002 EN LA REGIÓN METROPOLITANA

Entre 1982 y 2002 la población encarcelada de la Región Metropolitana creció en un 62%. En 2002 alcanzaba a 27,4 personas cada diez mil habitantes. En 1982, se registraban 17 personas por cada diez mil habitantes. A partir de un modelo econométrico, este trabajo se propone explicar las variaciones en volumen que presenta la población penal de la Región Metropolitana en el período 1982-2002. El modelo propuesto se estimó a partir de una regresión lineal múltiple con la técnica de los mínimos cuadrados ordinarios. El estudio indaga en un campo de investigación al que se le ha prestado escasa importancia y aporta antecedentes que permiten estructurar una primera aproximación económica sobre la evolución de la población recluida. La evidencia encontrada avala el impacto de algunas variables socioeconómicas en el comportamiento de la población penal. Se utilizaron como referentes la teoría de la elección racional desarrollada por Becker (1968) y luego complementada por Ehrlich (1973), y la teoría de Rusche y Kirchheimer (1939) que relaciona cambios en las formas de sancionar los delitos con modificaciones coyunturales o estructurales del mercado laboral. Los resultados obtenidos sugieren que la desocupación tiene un efecto positivo sobre el número de personas encarceladas, lo que es consistente con el signo esperado por las dos teorías antes mencionadas. La tasa de participación en la fuerza laboral tiene un efecto negativo en la población penal y el Producto Interno Bruto Nacional per cápita, un efecto positivo. Los dos últimos resultados son consistentes con los signos esperados por la teoría de la elección racional. Asimismo, de los cambios legales ocurridos durante el período estudiado, sólo el indulto general de 1990 exhibe un efecto negativo y significativo en la población penal. Según los argumentos de las dos teorías mencionadas, la relación positiva entre desocupación y población penal se explicaría hipotéticamente por un incremento de los ingresos al sistema carcelario debido al alza de la criminalidad, y por un aumento en los tiempos promedio de detención a raíz de mayores tiempos en procesamientos y condenas. Desde la teoría de la elección racional, el signo encontrado para la tasa de participación en la fuerza laboral sugiere que éste es un indicador de la disponibilidad de ocupar el tiempo en actividades legales. El signo encontrado para el PIB per cápita sería un indicador de los retornos en las actividades ilegales. Así, aumentos en dicho indicador producirían un alza de la criminalidad, lo que tendría un efecto sobre el crecimiento de los ingresos al sistema carcelario. Los resultados de esta investigación muestran que el estudio de determinantes de la población penal se puede abordar con teorías económicas. No obstante, también se constata la necesidad de que futuras investigaciones profundicen en los resultados obtenidos y especifiquen ecuaciones simultáneas que midan el efecto de la criminalidad sobre las estadísticas penitenciarias y los tiempos promedio de detención. La acumulación de nueva evidencia en esta materia permitirá hacer predicciones sobre el comportamiento de las estadísticas penitenciarias y sería un importante insumo para formular políticas.

Areas: políticas públicas
Fecha: julio 2004

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