La Agencia de Cooperación Internacional de Chile (AGCI) fue creada en 1990, como un servicio autónomo, con el fin de canalizar la Cooperación Internacional (CI) que llegaba en apoyo al proceso democrático recientemente iniciado. Desde fines de esa década Chile dejó de recibir Cooperación Financiera No Reembolsable, dado el aumento en sus niveles relativos de desarrollo, que lo calificó como un país emergente y de renta media. En su condición de país receptor orientó entonces su política al otorgamiento de CI a países de menor o igual desarrollo dentro de la región. Las orientaciones de la política de CI de Chile se han inscrito en el contexto de esta dualidad de país receptor y oferente a la vez, conjugando intereses de política exterior del Gobierno chileno con las estrategias de desarrollo de los países a los que se asiste. A esto se suman las distintas visiones respecto de la Ayuda Oficial al Desarrollo de las fuentes donantes en el caso de la Cooperación Triangular (CT) y de la Cooperación Vertical (CV) que Chile continúa recibiendo. El objetivo de este estudio consistió en realizar un diagnóstico integral de la gestión de la AGCI, identificar sus problemas más relevantes, determinar las potenciales soluciones y a partir de ahí sugerir acciones correctivas y preventivas. Para esto se desarrolló una metodología de investigación analítica y evaluativa, la cual se basó preferentemente en datos e información recogidos en la propia institución y en su entorno relevante. Esta se estructuró en tres fases: 1) Fase de identificación, en la que se recopiló información a través de la revisión bibliográfica y una entrevista pre-estructurada a 22 stakeholders seleccionados; 2) Fase de cuantificación y análisis; y 3) Fase de elaboración del análisis de riesgo, recomendaciones y propuesta de plan de acción. Del análisis se identificaron aspectos positivos que guardan relación con lineamientos estratégicos consistentes, buena imagen y posicionamiento internacional, alta calidad de los expertos chilenos, parciales mejoras informáticas, relativo incremento presupuestario en los últimos años, legitimado liderazgo de la Dirección de la institución, adecuado enfoque al usuario y buenos resultados en la ejecución de la Cooperación Triangular y Horizontal que gestiona este servicio público. Del mismo modo, la investigación reveló debilidades y, por consiguiente, oportunidades de mejora de esta Agencia. Entre ellos, una estructura informática administrativa y de bases de datos inadecuada, bajos incentivos a la innovación, inconsistencias en la política de Recursos Humanos, ausencia de un registro sistemático de los requerimientos y ventajas comparativas en materia de CI de los sectores en Chile, insuficientes recursos financieros, deficientes prácticas de evaluación ex-post de proyectos y una débil coordinación intra e interorganizacional. Finalmente, el estudio hace recomendaciones de corto y largo plazo. Entre las primeras destacan siete lineamientos estratégicos: perfeccionar los sistemas de información, mejorar las funciones de planificación estratégica, profundizar el conocimiento y los ámbitos de acción de la Agencia, implementar un sistema adecuado de seguimiento, control y evaluación de proyectos, optimizar la coordinación intra e interorganizacional, reposicionar estratégicamente a la institución a través del lanzamiento de un nuevo plan multianual y rediseñar la política de Recursos Humanos. En el largo plazo, en tanto, se recomienda replantear estratégicamente el accionar de la Agencia, considerar la vinculación con el sector privado como posible oportunidad y establecer una relación más estratégica y de construcción de alianzas con las diferentes entidades nacionales que participan en el proceso de agregación de valor de la AGCI.