Modernizar la gestión pública en Chile ha sido un eje central de los programas de gobierno de la Concertación y se ha materializado en diversos esfuerzos emprendidos en los últimos años. Esta tarea, en un contexto de gobernabilidad democrática, implica adecuar las estructuras del aparato público, en particular la de los servicios públicos, a las actuales exigencias de transformación y dinamismo del Estado. La nueva relación entre democracia, Estado, mercado y sociedad civil implica ajustar el pensamiento, las estrategias y los estilos de trabajo a los desafíos que impone el nuevo milenio. En dicho marco, este estudio analiza –desde una perspectiva crítica y reflexiva– la experiencia chilena en materia de modernización de la gestión pública. Toma como base de análisis el período 1994-2000, e identifica y discute las líneas de acción implementadas; las lógicas subyacentes, y las lecciones y aprendizajes que permitan pensar nuevas formas de enfrentar el mejoramiento permanente de las instituciones públicas chilenas. Si bien las líneas de acción tuvieron frutos relevantes, faltó mayor apoyo político y un involucramiento más estrecho de los servicios públicos con los ciudadanos-usuarios. También persisten dificultades que inhiben generar una nueva manera de concebir la gestión pública y sus relaciones sistémicas con el quehacer social, económico y político. El estudio propone consolidar una nueva institucionalidad en torno a las políticas de gestión pública, mediante la creación de un órgano preocupado del rediseño de los servicios públicos, el mejoramiento continuo de las prácticas de gestión y la formación rigurosa de personal, con el propósito de fomentar el aprendizaje organizacional e incorporar progresivamente a la ciudadanía en las acciones que emprende el sector público en sus distintas esferas de competencia.