La cooperación internacional concebida como política pública es relativamente reciente en Chile. En 1990 adquirió un nuevo impulso con la creación del Ministerio de Planificación y Cooperación, Mideplan, y la Agencia de Cooperación Internacional, AGCI. No obstante, su análisis como política pública ha estado ausente en la discusión académica. Ante ello, este estudio de caso busca conocer cuál es el aporte de la cooperación internacional al desarrollo del país, en particular al desarrollo económico experimentado en la última década del siglo XX. Para ello se resumen los tópicos centrales en torno a tres temas: la revisión histórica de la cooperación, su expresión en Chile, y sus aportes en el ámbito económico desde la perspectiva de la competitividad sistémica. Por último, se entregan las principales conclusiones obtenidas. A lo largo de su historia, la cooperación siempre ha estado vinculada a las dinámicas internacionales y con el enfoque prevalente de desarrollo. Sin embargo, en la actualidad la internacionalización de la economía y los procesos de globalización han cambiado sus contenidos y actores. En los años ‘90, la cooperación fue una contribución significativa para Chile en montos, contenidos y resultados. En el ámbito económico, la cooperación brindó un aporte específico e insustituible, a nivel micro y mesoeconómico, en la generación de condiciones para incrementar la competitividad de las empresas. Contribuyó a las políticas de desarrollo de capital humano, innovación tecnológica, diversificación productiva, facilitación de comercio y sustentabilidad ambiental. Hoy día, el Acuerdo de Asociación con la Unión Europea, y el Acuerdo de Ciencia y Tecnología, abren múltiples oportunidades para el desarrollo económico de Chile y donde la actividad de cooperación internacional tiene un renovado rol que desempeñar.